¿POR QUÉ ME VAN MAL LAS RELACIONES SI SOY UNA BUENA PERSONA?

¿Por qué me va mal en el amor si soy una buena persona? Esta es la pregunta recurrente que se hacen las buenas personas (en adelante BP).
Una BP es alguien; Positivo, honesto, empático, confiable, sincero, justo, leal, amable, humilde, respetuoso,  servicial, maduro... 
¿Cómo es posible, pues, que a una persona con todas estas virtudes, y otras,  le vaya mal en la vida y especialmente en las relaciones de pareja? La respuesta es pura Ley de Mercado: Si hay sobreproducción los precios bajan si hay escasez, los precios suben. Punto.
Existe un mecanismo mental por el cual se tiende a considerar las BP con menos valor que otras que no son tan BP. ¡Cómo!  Sí, si, sígueme y verás. Si una persona se prodiga mucho en ti, te aporta mucho, sea tiempo, atención, dinero ese aporte se va desvalorizando en el tiempo. Mercado puro insisto; hay mucho, pues barato. Sin embargo, si una persona te aporta muy poco, el día que te aporta algo, por poco que sea, automáticamente le conferimos mucho valor a esa aportación. Otra vez mercado: hay poco, pues caro.
Existe la leyenda de que "los hombres preferimos las cabronas" y las mujeres se enamoran de los badboys o chicos malos. Pues esto no es ninguna leyenda urbana, es pura realidad contrastada científicamente. Lo que se ha demostrado es que en primera instancia, tanto hombres como mujeres nos sentimos atraídos antes por este tipo de "no tan buenas personas" porque les investimos de un valor que no tienen dada la escasez con la que se nos prodigan.
Lo que resulta indiscutible es que algo mal están haciendo la BP para que les vaya mal en las relaciones. Efectivamente. Tres son los errores básicos que cometen.

Primer error. "Las buenas personas no permiten que sus parejas inviertan". Una relación es una unión de dos personas para nutrirse recíprocamente.  Nutrirse de atención, ayuda, apoyo, placer...etc, de modo que cada miembro de la pareja se nutra de lo que el otro aporta o "invierte" en o para el otro. La BP desequilibra el balance de la inversión que cada cual debe hacer en la relación. Se carga con más responsabilidades y tareas que el otro, dedica más tiempo de atención al otro y a los asuntos del otro, aporta más dinero o recursos... En cierto modo adoptan con sus parejas una actitud  que se asemeja a la sobreprotección. "Déjalo cariño, yo lo hago...". No te preocupes, después yo...". No importa, ya pago yo... "El error de las BP radica en creer que si aportan mucho, adquirirán valor a ojos de su pareja y por ello les amarán más, cuando lo que ocurre es todo lo contrario. Lo que ocurre en realidad es que su pareja, ante tanta inversión en ella, acaba también con la siguiente percepción errónea: "Si este/a invierte tanto en mí es porque yo valgo mucho. Así la pareja se va convirtiendo en el sujeto pasivo de la relación y la aportación de la BP, va teniendo cada vez menos valor ( por ley de mercado).  Con el tiempo, la cosa acabará mal, porque la buena persona se sentirá cada vez más desvalorizada por su pareja que como es lógico ya no va a reconocer ni valorar algo que ahora, en su mente, percibe que tiene escaso valor.

Segundo error. "Las buenas personas premian las malas conductas". Así es. Esto es un clásico.
Llega el marido a casa. ha tenido un día de perros en el trabajo. está de mala leche subida. La esposa le espera y recibe con agrado. Se da cuenta que no está "normal" y le pregunta: "¿Qué te pasa cariño? ¿Te ha pasado algo? El marido a cajas destempladas le contesta: ¡Déjame en paz, solo faltas tu agobiándome también!  La BP de su mujer le prepara un baño con sales relajantes y le dice que se tome un baño y se relaje, se va a la cocina y le prepara una cena con aquel plato que sabe que a él le encanta, mientras se acaba de hacer la cena, ella se desnuda se mete en la bañera y tiene sexo son su marido. "Para que se relaje".
Paco va a casa de su novia para cenar con ella. Ella le recrimina que no le ha contestado un mensaje que le ha enviado hace unas horas. Paco le comenta que tiene el móvil silenciado porque ha estado toda la tarde en una reunión muy importante y que no ha visto el mensaje. Su novia le aplica la Ley del Hielo, no le habla, le ignora. Paco sale de casa, baja a la calle y al rato vuelve con unas flores. Se las da a su novia, diciéndole: "Lo siento".
Con la conducta de Mari, Pepe, el marido, ha aprendido que si quiere atenciones y sexo solo tiene que tratar a cajas destempladas a su mujer. Y Ana la novia de Paco ha aprendido que su novio es un jardín que florece con el silencio.
Suele ser bastante común que las BP pequen de déficit de asertividad y no sepan defenderse. Aquí, otra vez se equivocan las BP por no entender que, con el tiempo, tu pareja se convertirá en una persona tiránica malcriada y enfurruñada a la mínima como lo es un niño al que no se le ignoran sus rabietas y que aprende que lloros, rabietas y pataletas son el medio de conseguir lo que quiere.

Tercer error. "Las buenas personas siempre están disponibles".  Tomás y Elena están invitados esa tarde-noche a una boda. Elena se ha levantado, ha desayunado, se ha duchado, se ha vestido y se va a la peluquería para hacerse el peinado, la manicura y el maquillaje. Pero, antes de salir le dice a Tomás que pase por tal tienda donde tiene el vestido con los arreglos hechos ya, que pase por el zapatero que le ha cambiado las tapas de tacón a los zapatos que se va a poner para boda y "si no te importa", pasa también por tal tienda y cómprame unas medias tal y tal. ¡Ah! Y no te olvides de lavar el coche que está hecho un asco. La lástima es que precisamente ese día empiezan las fiestas del pueblo con el divertido "Chupinazo" que tanto le encanta a Tomás. A las doce se reúnen todos en la plaza. Te encuentras con antiguos conocidos que no ves en todo el año, te tomas un par de cervezas mientras desfilan charangas, peñas  y batucadas. Pero ese día no podrá ser.
También podría ocurrir al contrario, que Tomás a las diez de la mañana saliera de casa camino del chupinazo y que Elena a parte de su peluquería y de recoger su vestido y zapatos tuviera que ir a lavar el coche y hacerle un par de recados a Tomás. Todo depende de quien sea en este caso la BP.

No cabe duda que las BP, en general, tienden a estar siempre disponibles para deseos y necesidades de sus parejas. "Podrías acompañarme a...". "Ven a recogerme en...". ¿Te importaría venir antes y así yo...?" Y las BP siempre dicen sí. Y aquí nos topamos otra vez con las leyes de mercado; todo aquello que des en abundancia acaba desvalorizándose a los ojos del otro.
Cuando Elena y Tomás empezaron la relación  y no convivían juntos, vivían a muchos kilómetros de distancia. El primer fin de semana que Elena fue a casa de Tomás, éste se desplazó treinta kilómetros para que Elena no tuviera que coger un autobús hasta su pueblo. Ese lunes Elena comentaba con su amiga que lo que había hecho Tomás su novio, era todo un "detallazo" y que le parecía algo super romántico. Seis meses más tarde Tomás llegó con retraso a la estación donde recogía a su novia debido a un atasco por un accidente. Tomás la había llamado por teléfono para decirle lo del accidente.  Elena, sin embargo le recibió con las siguientes palabras: ¡Desde luego Tomás, sabiendo que pueden suceder estás cosas por qué sales siempre a última hora! ¡Será preciso! ¿Qué problema tienes con esperar un poco si llegas antes que mi tren? ¡Es que hace ya cuarenta minutos que te espero!

En conclusión a las BP les va mal en las relaciones porque ellos mismos se devalorizan ante los demás por sus creencias erróneas, por aportar lo que no les corresponde a ellos, por no ser asertivos y por consentir la no reciprodidad. Recuerda  lo que dice el refrán:

"Una mano lava la otra y ambas la cara".

Comentarios

Entradas populares