MANIPULACIÓN. 1. SU ESENCIA

En toda relación tóxica siempre hay una víctima y un victimario y el eje central es la manipulación. Aclaremos que todos e insisto todos, en una circunstancia o momento dado utilizamos la manipulación de forma puntual. Sin embargo, lo que hoy os propongo es un viaje al núcleo duro de lo que es la manipulación para observar su auténtica esencia y poder identificarla a posteriori.
Antes de entrar en materia, me permito un inciso importante para identificar y diferenciar, una relación en la que ha habido manipulación de otra en la que no y lo haré de una forma ilustrativa.
Tras una ruptura puede quedarte la sensación de que ibas corriendo y te has estampado contra una pared, incluso que un coche te ha golpeado, has salido por los aires y has aterrizado en el suelo con el correspondiente golpe y los correspondientes raspones. En estos casos es casi seguro que tu expareja no era un manipulador/a. Ahora bien, si la sensación que te ha quedado tras la ruptura es como si te hubiera arrollado un tren de mercancías con sus cincuenta vagones, no dudes que sales de una relación de manipulación. Tu estado físico, moral y psicológico se corresponderá con el abatimiento propio de un síndrome de agotamiento nervioso con todos los indicadores típicos: 
Desmoralización. Creencia de que uno ya no sirve para nada. 
Despersonalización. Trato a sí mismo y a otros de manera impersonal. 
Desprendimiento. Renuncia de responsabilidades. 
Distanciamiento. Evitación de contactos sociales e interpersonales.
Derrotismo. Sensación de fracaso y pérdida de esperanza .
Además, los dos sentimientos que te quedarán serán los de: Uno. Confusión, porque aunque todo ha sucedido ante tus ojos eres incapaz de tejer un relato coherente que explique lo acontecido. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? -Te preguntarás-. Dos. Un sentimiento de autoestima por los suelos. Y te preguntarás: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? y ¿Qué tengo yo de malo para no haber sido suficiente?
Después, a medida que uno se va recuperando, experimenta que su ser recobra una paz que ni recuerda desde cuando la había perdido, su vida es cada vez mas sencilla y liviana y sobre todo se da cuenta que vuelve a reír.

Entremos ya en materia de examen no sin antes advertir que este tema es muy extenso y también complejo, además de que aquí nada es "puro", unas versiones se solapan sobre las otras y algunos factores comparten elementos comunes, pero...

¿Qué es la manipulación?
La manipulación mental está asociada a la toma de control del comportamiento de un individuo o de un grupo mediante técnicas de persuasión o de la presión psicológica. El manipulador intenta eliminar el juicio crítico de la persona, distorsionando su capacidad reflexiva.
Esta es una primera definición que puede servirnos como aproximación formal, pero vamos con otra algo más descriptiva y más entroncada con la manipulación en las relaciones de pareja.

En una relación de pareja, el manipulador busca el desequilibrio en la estructura de poder de la propia relación, de forma que todo el poder y control de la relación esté en su mano. Para ello necesita, no solo controlar la conducta de su víctima sino que necesita también controlar sus pensamientos y sentimientos. Esto es lo que se llama el "Modelamiento". Este modelamiento consiste en tener (el manipulador) el control de las respuestas de la victima frente a los estímulos que le presente.
¿Cómo consigue el manipulador ese control? La respuesta es que crea en la relación una distorsión de la realidad con un único objetivo: crear en la mente de la víctima la "necesidad" del otro (del victimario). El manipulador distorsiona la realidad, creando  a su víctima un paraíso perfecto, donde vivir en plenitud su gran amor. De un modo tácito le crea a su víctima "la promesa de la felicidad". Así se prodigará en atenciones, elogios, reconocimientos, detalles, muestras de cariño, sexo... pero sobre todo te dará, en abundancia, aquello que tu más necesites, sea cariño, paz y tranquilidad, sexo, reconocimiento o lo que sea. Lo primero que hace un manipulador es darse tiempo para conocer a su víctima; sus necesidades, sus preferencias, sus modos de actuar, sus inseguridades...etc. Y te conoce a fondo porque todo manipulador es experto en habilidades sociales, de otro modo no podría ser manipulador. Como digo el manipulador crea, en un primer momento, esa relación perfecta que dura mientras va conociendo a su víctima, le va creando la necesidad y va apropiándose del control.

El pensamiento del manipulador es el siguiente:
El poder es finito. Su modo de entender una relación es como un "juego de suma cero", o sea, todo lo que tu ganas, es lo que yo pierdo. Por lo tanto el manipulador siempre juega a que tú pierdas y jamás a que ganemos los dos. Como en un ajedrez, mueve ficha para que su víctima mueva la que el/ella quiere para "matársela" y si no mueve esa ya se encargará de alguna manera de que se arrepienta, pero esto lo veremos más adelante.
El manipulador "cosifica"; convierte a su victima en "una cosa" que por lo tanto es reemplazable sin importar el daño que pueda hacer.
Por último, tras un manipulador siempre hay una persona que compensa sus carencias, complejos e inseguridades mediante el control que ejerce a través  de la manipulación.

En el proceso de manipulación psicológica, el punto álgido se alcanza cuando el manipulador sabe que ya tiene a su víctima "atada", cuando ya sabe que le ha creado la "necesidad" y cuando ya sabe que tiene suficiente control para, de un modo velado, encubierto, poder mostrar a su víctima una mano y decirle:
- ¡Mira! Aquí tengo tu felicidad.
Después mostrarle la otra mano y decirle:
- ¡Mira! Aquí tengo el poder de quitarte tu felicidad.

Si la víctima no se rebela y acepta la relación en esos términos, es así como la víctima firma "el contrato silencioso" que es lo que hay en las relaciones manipulativas, donde la víctima pierde el derecho a negociar la relación. Pero de esto ya veremos en la segunda parte.

Continuará...







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