FELICIDAD: ESTABILIDAD O EQUILIBRIO

El hecho es que salimos de la infancia y de la juventud con una enorme carga de creencias erróneas. Ni la familia ni la escuela ni la televisión ni la sociedad en general nos enseña lo más importante para vivir una vida en plenitud. No sé por qué, pero así ocurre.
No nos enseñan que todo está en movimiento, que todo es cambiante, que todo se dirige a alguna parte. Observa la naturaleza. Ese árbol que se muestra desnudo al final del otoño, al final del invierno florecerá, después le saldrán las hojas. Las flores cuajarán y los frutos irán creciendo y después madurando hasta caer al suelo antes que lo hagan, otra vez, las hojas y así empieza otra vez el ciclo. El día y la noche, el ciclo del agua, las estaciones… y el hombre que nace, crece, envejece y muere, así será tu vida ciclos que se repiten, cambios constantes  y cosas que comienzan y acaban.
Sí, estudiamos ciencias naturales, biología, geología, astronomía… pero ninguna materia que nos enseñe que también nuestras vidas serán así de cíclicas y cambiantes. Por el contrario, todos los agentes socializadores nos inculcan que todo es permanente y que puedes controlar todo. Por eso,  las personas, nos empeñamos en que nuestras vidas sean árboles llenos de flores, hojas y frutos maduros, todo ello simultáneamente. Siempre queremos todo. Y así nos va.

A lo largo de tu vida coincidirás con mucha gente a la que oirás decir: “Yo para estar feliz necesito “estabilidad”. Estabilidad emocional, laboral, económica, física y hasta geográfica. ¿Crees que se puede tener todo siempre? ¿Crees que ese alguien podrá ser feliz alguna vez?
Cuando oigas a alguien decirlo, recuerda que en esas afirmaciones existen, al menos, cuatro creencias erróneas; la primera que la estabilidad existe. La segunda que tenemos el control de todo. La tercera que estabilidad es garantía de bienestar y felicidad. Pero el mayor engaño es pensar que alcanzarás la felicidad con cosas externas a ti.
No, no es tener más o menos dinero, ni este o el otro trabajo, ni vivir aquí o allá ni tampoco llegará nunca, nadie a tu vida con un saco de felicidad para regalarte. La felicidad es una cuestión interna de cada uno, es una opción personal. “Sí, ya – me dirás tú- pero… ¿cómo lo hago? 
La felicidad viene de la mano de la paz. La paz es equilibrio, equilibrio hacia adentro y equilibrio hacia afuera, equilibrio entre las partes y el todo, entre lo nuevo y lo viejo, lo conocido y desconocido...

La estabilidad tal y como la entendemos es algo pasivo, pero el equilibrio es dinámico. El equilibrio personal, ese que nos da paz, solo se consigue con la autoconsciencia y gestionando nuestras emociones. Continuamente están llegando a tu vida todo tipo de casos y cosas que te desequilibran y el trabajo consiste en recuperar ese equilibrio. Cualquier tipo de dolor o de frustración se supera gestionando la emoción que lo acompaña. Piensa que la emoción es un estado fisiológico que aparece como reacción a nuestro entorno y cuya función no es otra que la de readaptarnos a él. 

¿Y cómo gestiono mis emociones?

En primer lugar identifica de qué emoción se trata. A veces "estamos mal", sabemos por qué, pero no somos totalmente conscientes de nuestros sentimientos, que pueden ser; rencor, rabia, dolor, tristeza... Identifícalo bien.
En segundo lugar, acepta. Si es rencor y deseos de venganza lo que sientes, acepte que sientes eso.
En tercer lugar, decide si quieres aferrarte a ese sentimiento o dejarlo fluir. Toma conciencia de lo que realmente quieres hacer, siempre sabiendo que si te aferras a él no serás libre, él te controlará
En cuarto lugar, si has decidido soltar la emoción negativa, cada vez que te aborde reafirmarte; acepta otra vez que tienes ese sentimiento y recuérdate que has decido soltarlo. 

Es posible que al principio se resista un poco, pero por cada vez que te reafirmes, el sentimiento te golpeará con menor intensidad la siguiente vez.

“Si no controlas tus habilidades emocionales, si no tienes consciencia de ti mismo, si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes, si no puedes tener empatía y relaciones efectivas, entonces no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos.” Daniel Goleman

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